domingo, 15 de mayo de 2016

El thriller psicológico no es terror - "The Babadook".

Partiendo de este título tan contundente, voy a iniciar una especie de “sección”, por así decirlo, de este mi ocasionalmente desértico blog. Si vamos a tableros de opinión de ciertas películas erróneamente categorizadas como de terror, encontramos muchos comentarios de gente insatisfecha con lo que acaban de ver. Por supuesto, no es que yo tome demasiado en cuenta el consejo de personas que describen algo con palabras como “mierda” o “truño”, pero me da rabia que mucha gente se cierre en banda al thriller psicológico por este motivo. Aunque si lo único que esperas de una película de terror son sustos, screamers, jumpscares, sangre y violencia, de seguro te diré que no, este género no será para ti.

El thriller psicológico va mucho más allá. Explota ese miedo latente a nuestro propio cerebro, a la sugestión, al daño que los seres humanos somos capaces de infligir sin darnos cuenta. Suelen ser cintas más lentas, pues necesitan más tiempo para crear una atmósfera de agobio, y también se requiere especial atención a los detalles que luego encajarán para que entendamos el mensaje implícito en la trama. Precisamente esta “densidad” narrativa es la que espanta a muchos espectadores, que acostumbran a mantenerse despiertos en la butaca esperando el próximo susto.