miércoles, 9 de marzo de 2016

No salgas así vestida, no quiero que te violen.


¿Cuántas veces hemos escuchado esa frase? Lo único que encontramos tras esto es, sencillamente, puro amor de madre, ese instinto natural a protegernos siempre que puedan. Por supuesto, todas tenemos el derecho de vestir y de hacer con nuestro cuerpo lo que queramos, pero por desgracia tenemos que tener en cuenta que hay mucha gente que opina que no, que si llevas determinada ropa o tomas ciertas decisiones el derecho a decidir sobre tu propio cuerpo lo pierdes, automáticamente. Y, para más inri, las que sufrimos las consecuencias de esta injusticia somos nosotras.


Febrero de 2016, una mujer pierde el juicio en contra del hombre que abusó mental y físicamente de ella durante años. Se la fuerza a tomar una decisión: o continúa trabajando para él, o abandona su carrera. Este caso ha obtenido gran interés mediático ya que la mujer es conocida mundialmente, Kesha, mientras que el hombre en cuestión es un famoso productor musical de la compañía Sony, Dr. Luke. Si este tipo de injusticias ocurren en Estados Unidos, en el primerísimo primer mundo, ¿os imagináis las barbaridades que sufren a diario mujeres en países en los que no existen los Derechos Humanos? Sé que es difícil ponerse en una situación que no se ha vivido, pero con un poco de esfuerzo y una mirada a las noticias/información existente en internet todo se consigue.